lunes, 27 de junio de 2011

Por qué esta crisis no ha terminado - Parte 2

Aquí está la segunda parte del post de David Malone. Podéis encontrar el original en:

http://golemxiv-credo.blogspot.com/2011/06/why-this-crisis-is-not-over-part-2.html



¿Por qué esta crisis no ha terminado? - Parte 2

Durante los últimos 3 años, el único plan que nuestros líderes han tenido, ha sido la de "seguir tirando”(*). Ellos no lo admiten, por supuesto, pero eso es en lo que han consistido sus acciones de los últimos 3 años. Han postergado  cualquier cambio real o reformas que no gustasen a los banqueros, y en su lugar han utilizado la deuda pública y los impuestos para ganar tiempo. Nuestros líderes han decidido en nuestro nombre, sin consulta ni debate, comprar y garantizar las deudas privadas de los bancos. Hemos inyectado cientos de miles de millones en bancos y el sistema bancario - básicamente un préstamo de cerca 0% de interés a los bancos - para que puedan seguir especulando con ese dinero. Eso, por supuesto, hincha peligrosamente los niveles públicos de deuda soberana; pero esto tiene sus atractivos también si su inclinación ideológica es reducir el bienestar, los servicios nacionales de salud, las leyes laborales y todo lo demás.

Aquellos que estén interesados
​​ pueden leer los planes del FMI para lo que ahora se está imponiendo en toda Europa en un artículo que escribí en diciembre de 2010 titulado “El costo del rescate bancario:  Sólo la democracia”, y en una secuela en abril titulada “El presente ataque del FMI sobre la democracia europea”.

El problema es que eso de seguir tirando no ha funcionado y no funcionará, y aquí explico por qué.

“Seguir tirando” funciona si usted vive en un mundo lineal. Por 'mundo lineal', me refiero a uno que tenga como subyacente reglas matemáticas lineales (proporcionales). Matemática lineal es la matemática del mundo modosito y disciplinado de un día corriente.

En un mundo regido por las reglas lineales, el seguir tirando puede funcionar porque simplemente se puede posponer el problema a un momento más conveniente. Mientras, el problema puede empeorar un poco, pero en un mundo regido por las matemáticas lineales, un poco peor no es nada de qué preocuparse. Lamentablemente, en el mundo no-lineal, un poco peor, sólo un poco peor, puede significar una diferencia enorme.

En el mundo lineal golpeas un clavo en una pared y el clavo entra un poco. Golpeas más duro, y el clavo se va un poco más adentro. Ese es el mundo lineal. Causa y efecto están relacionados linealmente. Una causa pequeña – un golpe pequeño en el clavo - tiene un efecto proporcionalmente pequeño. Y cualquier incremento en la fuerza con que golpeas el clavo sólo aumenta el resultado final en una cantidad pequeña predecible. La matemática lineal de ese mundo le permite predecir con exactitud los resultados de las causas.

El mundo no lineal, sin embargo, es cuando golpeas el clavo y la casa se viene abajo. Nos pilla por sorpresa. Es lo típico de las comedias de golpe y bofetada de Harold Lloyd y de las pelis de desastres. En matemáticas no lineales y el mundo no-lineal, causas pequeñas pueden tener resultados gigantes.

Ese “pueden tener” es clave. El verdadero peligro no es el tamaño de la sorpresa, sino el hecho de que no siempre sucede. En el mundo no-lineal A VECES, pequeñas causas tienen efectos enormes, pero no siempre y no se puede decir qué acción pequeña va a ser la que derribe la casa. A veces golpeas el clavo y el resultado parece lineal. No ocurre ningún desastre. Y ése es el peligro, ya que nos hace creer, especialmente a aquellos que se benefician de los golpes en el clavo, que no viven en un mundo no lineal. Es decir, a efectos prácticos, se convencen de que viven en un mundo lineal con riesgos proporcionales. Empiezan a actuar como si todo se fuese estable y estuviese en equilibrio.

La imagen arquetípica del mundo lineal es una bola en un tazón. Si el sistema se perturba de alguna manera, es como darle un empujoncito a la bola en el tazón. Todos sentimos la perturbación cuando las cosas se descentran, pero el mecanismo natural del sistema lo devuelve a su equilibrio estable en el fondo de la taza. Esta es la “economía del equilibrio” en pocas palabras.

La imagen arquetípica de la no linealidad, por el contrario, es la montaña de arena. La mayoría de los sistemas en que vivimos y de los que dependemos, tanto ambientales como financieros, son muy no-lineales. 40 años de ciencia ha dejado claro esto para todos, excepto los que tienen los ojos cerrados y los dedos en los oídos - nuestros líderes.

Si queremos una imagen de la naturaleza matemática y física de nuestro mundo, no deberíamos imaginar que vivimos en un sistema auto-regulable como la bola en el tazón. Debemos imaginar la vida en la ladera de una montaña de arena, porque las montañas de arena sufren avalanchas.

El modelo de la montaña de arena fue propuesta y popularizada por primera vez por el físico Per Bak. Desafortunadamente ya ha muerto y es una gran pérdida para la ciencia.

El punto de este modelo es que a medida que crece la pila de arena no pasa gran cosa. Tomado como un mundo en miniatura - un modelo -, comienza como un lugar benigno para vivir. Se agrega arena, pero no sucede nada anormal. Es lineal. La arena se acumula. Ningún grano de arena provoca un efecto de relevancia.

Para nuestros propósitos, imagine que la pila de arena describe el montón de deudas que se acumulan en el sistema financiero mundial. No la deuda de un solo banco, sino las deudas de todo el sistema.

Durante mucho tiempo la pila de deuda ha crecido sin que se oyese ni un susurro. Cada banco quería crear tantos activos, valores y derivados como fuese posible, respaldándolos con deuda. Crean el acuerdo de la deuda (una hipoteca, por ejemplo), lo titularizan1 y lo venden en el sistema global. Todos los bancos se beneficiaron de la creación de las deudas y ninguno de ellos se preocupó por dónde iban estas  deudas o cuánta deuda había en total. Desde el punto de vista de los bancos, las deudas simplemente “entraban en el sistema”, el mercado las absorbía. El mercado "lidiaría con ellas", les conferiría seguridad. La mano invisible del mercado era también la mano de un experto en desactivación de explosivos.

Pero conviene recordar aquí que toda deuda tiene asociado un riesgo. Así que, si le parece, la montaña de arena es un modelo de la propia deuda y también del riesgo de que la deuda no se cobre. Pero por lo que a los bancos respecta, al igual que con pasa con las industrias pesadas contaminantes, el beneficio es lo único que cuenta y los residuos - en el caso de los bancos, los riesgos asociados a la deuda - se bombean por un tubo y a quién le importa donde desagüe. Intelectualmente,  la banca y las finanzas mundiales están donde las industrias manufactureras estaban en los años 70. Lo único que ofrecen es negación agresiva e ignorancia deliberada. "No es mi deuda y en cualquier caso no hace ningún daño."

En la baca tradicional, la de hace sólo media generación atr
ás, tanto la deuda como el riesgo eran propiedad de cada banco y los dos se quedaban con el banco de origen. En la banca moderna, el modelo ya no es “mantener la deuda hasta su vencimiento”, ahora es “crear deuda y venderla”. Un banco crea un acuerdo de deuda, pero luego no se la queda a la espera de los pagos. En su lugar la deuda se “titulariza” (ver nota 1) y estos “valores” se venden como una inversión o un activo. Así, el banco no sólo fabrica su beneficio con la venta del flujo de ingresos, sino también con la venta del riesgo asociado con él.

Si usted habla con cualquier banquero, en particular aquellos relacionados con el riesgo - los risk managers  - ellos le dirán que esta venta del riesgo hace a su banco más seguro. El riesgo ya no se acumula en el banco. Al contrario, el riesgo se vende en el mercado, donde la gente lo compra y vende como una “mercancía con cierto riesgo”, para ser comprada donde haya demanda o ser vendida donde no la haya.

Pero lo que ninguno de ellos, ninguno de los bancos ni los expertos, se preocupa en pensar es en la cantidad de deuda o riesgo que el sistema en su totalidad puede absorber. En nuestra analogía, ellos vierten la deuda y el riesgo en el mercado - vertiendo más y más sobre la montaña de arena. Y como al principio la montaña absorbe todo lo que se vierte a ella, los "expertos" se acomodan en su ilusión de que así es como funciona el mundo. El mercado – es decir, la montaña de deuda y riesgo - les parece comportarse de forma lineal. Lo estudian con las matemáticas lineales a las que están acostumbrados y, como parece actuar de una manera lineal, se refuerza su certeza de que el mundo es lineal.

Son como los contaminadores, cada uno bombea su paquetito de residuos en un mar interior. Cada uno de ellos hace un modelo de cómo se diluye paquetito de residuos y se complace en informar de que se encuentran dentro de márgenes seguros. Ninguno de ellos se pregunta cuál es la capacidad de carga de todo el mar. Si hay un crecimiento explosivo de algas tóxicas en algún lugar, o una repentina muerte de los peces, buscan una explicación en alguna causa local, alguna fluctuación local inexplicable. Un contaminador furtivo o un mal funcionamiento de una máquina.

Lo mismo ocurre con la deuda y el riesgo en el sistema financiero global. Todos los días los bancos del mundo trabajan duro para meter deuda y riesgo en el sistema global. Cada día fabrican más deuda y nuevos riesgos y venden ese riesgo en el mercado. Crean “valores” y los cubren con capas de seguros CDS (Credit Default Swaps, CDS, Permuta de incumplimiento crediticio)2; una telaraña de deuda y riesgo de cuyos flujos y corrientes nadie tiene una idea clara. Ni de su escala ni de su ubicación.

Y así, la montaña de arena crece y las tensiones internas aumentan hasta llegar a lo que Per Bak y los físicos llaman un estado de "criticidad auto-organizada",  un perpetuo estado de inseguridad, lejos de todo equilibrio, suspendido en un estado crítico a un soplo del colapso. Se le llama “auto-organizado” porque el sistema tiende a este estado de forma natural. Las dunas de arena tienen la forma que tienen porque se debaten entre el viento acumula más arena en su cumbre y las avalanchas que arrastran arena hacia abajo cuando la pila es inestable.

Esto es exactamente lo contrario de lo que los economistas y expertos financieros creen que está pasando. Ellos piensan que su mundo está cómodamente en equilibrio en el fondo de un tazón. Mientras que en realidad el mundo es como un hombre que se balancea de puntillas al borde de un acantilado, tratando de no caer al vacío. El más leve soplo de viento y adiós.

El sistema financiero de deuda y riesgo, estoy tratando de explicar, se ajusta a esta dinámica y tiene esta naturaleza. Los bancos crean deuda y riesgo porque es rentable para cada uno de ellos individualmente. Ellos ven cómo el riesgo "desaparece". Al igual que un contaminador ilegal cree que sus residuos han “desaparecido” por el tubo de desagüe. Nunca se pregunta a dónde va o si se está acumulando en alguna parte. Y así los residuos se acumulan fuera de la vista y de la conciencia hasta que el sistema, en silencio y sin anuncio previo, alcanza un punto crítico. Ahí es donde estamos ahora y donde hemos estado por lo menos desde el año 2008 – al borde del punto crítico. La pila de deuda y riesgo está en su máximo crítico. A medida que más deuda y riesgo se amontona, corrimientos de tierra desplazan a algunos de ellos. Tenemos accidentes periódicos y deslizamientos cada vez que el sistema no puede sostenerse a sí mismo. Y esto continuará mientras sigamos creando más deuda y más riesgo.

Con cada deslizamiento se busca "la causa", sin darnos cuenta de que estos desprendimientos no son “causados” en el sentido en que un acontecimiento inusual "causa" que un sistema en buen estado no funcione correctamente. Los deslizamientos son causados
​​por la propia naturaleza del sistema, que ha llegado a un estado en el que estos deslizamientos son lo que se espera que ocurra.

No hemos hecho nada en absoluto para disminuir la creación de deuda y riesgo. De hecho, aumentar el flujo de deuda y riesgo se menciona como parte de nuestra política de "recuperación". De lo que nadie parece darse cuenta es que el sistema mundial está saturado de deuda y riesgo, la monataña se encuentra en estado crítico. Y entonces, al "seguir tirando" lo único que hacemos es permitir que más deuda y riesgo se acumule, hasta que algo se deslice y el saturado sistema, ya en estado crítico, lance con todo su peso otra avalancha de riesgo y deuda  sobre el ciudadano de a pie, de quien se espera que pague los platos rotos.

Grecia no ha logrado reducir su deuda total. Ha estado tratando de reducir gastos, pero su deuda y su riesgo se han incrementado. En otras palabras, las políticas que se están aplicando son, precisamente, lo contrario de lo que podría ayudar. Están empeorando el problema.

De hecho, yo iría más lejos, y sostengo que el paradigma de gestión de riesgos de la banca moderna es totalmente erróneo porque no reconoce el carácter sistémico y no lineal del sistema en el que acumula la deuda y riesgo. Por lo tanto, la receta y el cocinero de su propia crisis recurrente.

Lo que hemos visto en las últimas décadas en que este modelo de titulización de deuda y riesgo crecía es un patrón familiar para los estudiantes de Evolución. Se llama equilibrio puntuado. Largos períodos de estancamiento, en los que parece como si todo está en un equilibrio natural y perfecto, brutalmente interrumpidos por cortos periodos de extinciones en los que el sistema previamente estable entra en un paroxismo de muerte y cambio. Pequeños eventos parecen desencadenar estos períodos de extinción. Un pequeño cambio en una de las especies pone en marcha avalanchas de extinciones.

Ese es el sistema financiero que hemos construido, y si no lo cambiamos y dejamos de acumular deuda y riesgo sin entender los efectos sistémicos, entonces nos enfrentaremos a nuestra extinción financiera.

Notas:
(*)La expresión utilizada por David Malone es: patear la lata cuesta abajo.

1.       Titularización (securitization en inglés) es una práctica financiera que consiste en agrupar deuda de varios tipos (hipotecas, préstamos personales, deuda comercial, tarjetas de crédito), dividirlas en pequeños paquetitos y venderlos como bonos o valores. http://es.wikipedia.org/wiki/Securizaci%C3%B3n

2.       Un CDS es un tipo de seguro que protege al prestamista en caso de impago. Un prestamista puede comprar un CDS a una compañía de seguros. La deuda entonces se convierte en un valor, que puede ser comprado/vendido. Y aquí está la diferencia con los seguros tradicionales: cualquiera puede comprar valores CDS, incluso aquellos interesados en que la deuda no se pague. Los CDS están detrás de la caída de aseguradoras gigantes al principio de la crisis, como la americana AIG.

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