sábado, 9 de julio de 2011

Por qué los bancos no quieren la dación ni en pintura

El diario Cinco Días publicaba ayer:

“La banca calcula que la dación en pago le costaría hasta 4.000 millones. La patronal de los bancos se opone a que la entrega de la vivienda baste para saldar la deuda hipotecaria. Asegura que, si esta norma se aplicara con carácter retroactivo, la mora del sector se situaría entre el 3,5% y el 8%, generaría necesidades de capital de hasta 4.100 millones, pérdidas por 4.000 millones y la adjudicación de 400.000 viviendas más en balance.”

De modo que la banca no quiere que las deudas hipotecarias se salden con la entrega de la vivienda (dación). Obviamente. La banca prefiere exprimir hasta la última gota de sus deudores. No creo que esté diciendo nada nuevo con esto.

La verdadera razón para esta negativa de la banca no se menciona en la noticia. La razón se conoce como negative equity, algo así como balance negativo. Me explico: la mayoría de las hipotecas en riesgo de impago se concedieron en la época del boom inmobiliario, cuando los precios de las viviendas estaban inflados. Los bancos sabían que el valor real de esas viviendas era mucho menor, pero aun así aceptaban tasaciones infladas con los ojos cerrados, porque significaba para ellos mayores ingresos. Pero ahora el valor de la vivienda ha caído, y probablemente seguirá cayendo. De modo que la banca no quiere quedarse con las viviendas.
Pongamos un ejemplo: en la época del boom usted compró un pisito y el banco lo tasó en 500.000 eurazos. Usted sabía que iba a tener el agua al cuello por 50 años para pagar el pisito, y que habría que rezar para que el trabajo nunca faltase; y su banco también lo sabía, pero aun así le concedió la hipoteca. Pero luego llega la crisis, usted se queda en paro y no tiene para pagar la hipoteca. Así que usted se acerca al banco y le dice al director que, como no puede seguir pagando, se queden con el pisito como pago de la hipoteca, y santas pascuas. Pero su banco piensa: cuando nosotros le dimos la hipoteca al tipo este, pusimos en los libros de contabilidad un ingreso de €500.000 más intereses. Pero su propiedad ahora vale €200.000 euros y bajando (o unos €50.000 si la vivienda aún no había sido construida). De modo que si ahora aceptamos como pago la propiedad para saldar la hipoteca, tengo que decirle a mi jefe que hay un agujero de entre €300.000 y €450.000 en el balance. Y de eso ni hablar. Su banco piensa exprimirle durante décadas hasta sangrarle hasta el último euro.
¿Suena convincente? Pues eso no es todo, porque la verdadera razón, la buena, es mucho peor. Se debe al “apalancamiento bancario”, o leverage en inglés. El concepto es sencillo. Si yo soy dueño de un banco, la ley dice que para prestar €100 mi banco debe tener al menos €10 en reservas (la cantidad depende del país y del tipo de banco, pero 10% es un buen ejemplo). De modo que, por cada euro que el banco tiene, puede prestar €10. Ahora supongamos que mi banco concede mil hipotecas basura de €500.000, es decir, presta un total de 500 millones de euros, €500M. Y aquí viene el truco: mi banco contabiliza esos €500M como activos del banco, a pesar de que no tiene el dinero contante y sonante, sino sólo una promesa de pago (hipoteca). Y usando el apalancamiento, mi banco puede hacer negocios por valor de €5.000M de euros… De modo que mi banco, sin haber ingresado ni un duro, concediendo hipotecas basura, resulta que vale €5.000M en el mercado.
Ahora supongamos que el gobierno aprueba la dación como una forma de saldar la hipoteca. De repente, el valor de los activos de mi banco cae entre un 60% y un 90%, y mi banco pasa a valer entre €2000M y €500M, es decir, una pérdida de valor de entre €3000M y €4500M. Zás! De un plumazo el valor de mi banco se desploma como un castillo de naipes!
Obviamente, los bancos no van a dejar que esto ocurra sin luchar panza arriba. De momento, como puede observarse en el artículo de Cinco Días, la banca ha comenzado su ofensiva haciendo sonar las trompetas de apocalipsis financiero. Y, como es de esperar, los políticos no se han hecho de rogar y han acudido en masa a defender a la banca. Léase, por ejemplo, lo ocurrido hace sólo unos días en el Parlamento Catalán:
De nuevo, los partidos mayoritarios apoyando al capital sin remilgos. Hemos de suponer que lo mismo pasará en el Congreso llegado el momento.
Y a todo esto ¿cuál es la cobertura que los medios españoles ofrecen de esta lucha? ¿Alguien te ha contado lo que estaba pasando? Los comentarios son bienvenidos.

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